En estos últimos días, el viento de levante nos está poniendo a prueba a lo largo de toda la costa mediterránea, ya que además del calor que impera (no ha bajado la temperatura de los 28 o 29 ºC.), el alto índice de humedad reinante, convierte en una odisea cualquier esfuerzo que se haga, por mínimo que sea y enseguida te encuentras empapado de sudor.
Por ello no es de extrañar que hayamos cambiado algunos de nuestros paseos matutinos por otros vespertinos con el objeto de aprovechar el poco fresco que trae la caída de la tarde.
Muchos llegado este momento dejan sus cámaras en casa o en el hotel porque piensan que ahí se han acabado las posibilidades de captura de imágenes, sobre todo si no llevan el trípode.
Pues bien, queridos amigos, la verdad es que no es así. La prueba la tenéis en la foto que hoy os subo: tomada a pulso, sin trípode y directamente en blanco y negro¸ al objeto de aprovechar los altos contrastes y los reflejos sobre el mar.
El truco: forzar la sensibilidad al máximo, buscar un buen punto de apoyo, aguantar la respiración y pulsar suavemente el disparador para evitar movimientos bruscos.
cámara: Canon EOS 40D
modo de exposición: manual
exposición: 1/8 de segundo
diafragma: f/8
sensibilidad: 3.200 ISO
longitud focal empleada: 29 mm.
modalidad fotográfica : blanco y negro digital
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